Los despistes se pagan - Mercedes Goiria Telleria

Ya de joven, no era raro ver a Manuela de cuarto en cuarto  dando voces cuando perdía una cosa   ¡Hay que ser imbécil! gritaba mientras buscaba el objeto.
Luego empezó a insultarse  en público  si, por ejemplo,  se equivocaba de autobús: ¡idiota! murmujeaba.
No se perdonaba ni una. Estaba acechante  para  saltar  en cuanto cometía un error.
Con el  maltrato,  la autoestima  de Manuela se debilitó  y todo le salía al revés.  Quedaba en dos sitios a la misma hora,     olvidaba cumpleaños, billetes de tren,  declaraciones de hacienda.  Y los  insultos se iban volviendo   más  y más crueles. 
Para evitar tanta humillación abandonó sus actividades y se recluyó en  casa. Pero las vejaciones no acabaron.  La comida estaba sosa o estaba salada,  había comprado demasiado pan, había comprado poco pan.   
Al final se metió en la cama y dejó de alimentarse, esperando que llegara la muerte.  Empezaba a sentir alivio al pensar   que  no sufriría más reproches, cuando  se irguió en el lecho y  gritó ¡muérete de una vez,  que ya está bien de agonía, so pesada! 
Y al poco falleció.


Mercedes Goiria Telleria
Nací en Bilbao.  He trabajado casi toda mi vida como abogado de  multinacionales americanas (General Motors, AT&T, Lucent Technologies). Empecé a escribir hace seis años. Para mí ha sido descubrir un filón valioso, como un tesoro,  aunque me desespere cuando las comas no están en su sitio o las palabras  chirrían y no hay manera de arreglarlo. Ahora estoy preparando un libro de micros. Vivo en Madrid y hace dos años que tengo una casita con jardín, que es lo que siempre quise tener, y cultivo tomates, puerros, flores y demás.  Borges me ha parecido siempre el mejor escritor del universo. Me vuelvo loca con Alicia en el País de las Maravillas. Borges y Alicia mejoran con cada lectura. He publicado textos en varias antologías en México y en España y he sido premiada por la Universidad Autónoma de Madrid, el concurso de Terror de Sabadell y el Taller de Escritura de Clara Obligado. Finalista del premio IASA, con más de cinco mil participantes.





1 comentario:

  1. Me ha gustado muchísimo. El humor recorre el texto desde el mismo título hasta el final. Me encantaría leer mas de esta autora. Enhorabuena

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