Estaba quieto,
casi oculto, mirando desde la biblioteca el ambiente del cuarto de estudio, a
medida que se iluminaba desde el exterior con los rayos del sol que empezaban a
entrar por las ventanas entreabiertas. Una suave brisa matutina entró por los
postigos de las ventanas y removió algunas hojas en los escritorios cercanos.
La luz hizo un movimiento repentino y cubrió con fuerza casi todo el estudio,
dejando ver los estantes de libros.
La puerta
principal del estudio comenzó a abrirse, empujada por la mano del hombre que
entró en ese momento, y entonces lo percibió de cuerpo entero. Se le quedó
observando: le veía débil, cansado, quizá enfermo, incluso abatido. El hombre
se sentó en la silla giratoria del escritorio principal y estuvo tentado a
encender un cigarrillo pero lo dejó, triturándolo contra el cenicero sin
encenderlo.
Tomó un control
remoto que estaba cerca y lo accionó para encender el tocadiscos que estaba
empotrado en la biblioteca, de donde surgió el sonido tenue de una música de
guitarras. Fue hacia la ventana y terminó de abrirla, para respirar mejor el
aire de la mañana y observar un rato el jardín donde había distintas flores,
caminerías zigzagueantes y pinos perfectamente podados. Se escuchaba a lo lejos
el canto de los gorriones.
Se devolvió en
dirección a una pequeña nevera, de donde sacó un vaso, le colocó un hielo y
vertió de una botella un chorro de whisky hasta la mitad, que luego removió con
el dedo índice y probó, con gesto de satisfacción. Se quedó mirando las
estanterías de libros y desde ahí detuvo la mirada justo en la que sabía se
encontraba. Se acercó a ella y sacó sus lentes del bolsillo para verlo mejor.
Lo tomó y abrió.
En ese instante el libro comenzó a leerlo.
GABRIEL JIMÉNEZ EMÁN, "El Sr Scot mira un pájaro en el espejo", Colección Los pasos del dinosaurio. Caravasar libros. 2017
Gabriel Jiménez Emán, página en Wikipedia acá
¡Excelente!
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